Mati Brochado y la memoria de un Salto que no se apaga

Mati Brochado y la memoria de un Salto que no se apaga

Nació en 1983 en la capital salteña, pero parte fundamental de su historia se escribió lejos de allí. Durante los 12 años que vivió en España, Mati Brochado comenzó a extrañar tanto su ciudad que encontró en las fotos antiguas una forma de volver. Ese gesto personal terminó convirtiéndose en un proyecto colectivo: Salto Antiguo, una página que hoy reúne a más de 100.000 personas alrededor de la memoria de la ciudad.

“Empecé buscando fotos antiguas por extrañar. Ver imágenes de lugares que ya no existen, o que cambiaron tanto, me emocionaba. Así nació la página”, recuerda Brochado.

Lo que empezó en 2013 como una búsqueda íntima es hoy un archivo vivo de imágenes que conectan generaciones. No se trata solo de una colección: es un viaje en el tiempo. Allí se vuelve a caminar por el Parque Solari, a esperar el tren en la estación Midland, a mirar vidrieras en calle Uruguay o a revivir un cumpleaños familiar.

Entre las imágenes que más lo conmueven están las del viejo Salto Grande, la península desaparecida bajo las aguas tras la construcción de la represa. “Nunca llegué a verla. Pero a veces sueño que camino por ahí. Al menos en sueños, y a través de las fotos, siento que me acerco un poco”, confiesa.

Brochado trabaja a diario en silencio, recibiendo fotos digitales y también en papel que vecinos le confían para preservar sus recuerdos. Muchas veces no es él quien busca las imágenes: “son ellas las que me encuentran”, dice.

El 16 de agosto de 2025, el proyecto dio un paso histórico con su primera muestra presencial en el Mercado 18 de Julio. Allí se exhibieron entre 30 y 40 fotografías, algunas de las más compartidas y otras inéditas. La propuesta se complementó con acuarelas de Dita Carbone, el museo itinerante de Pablo Villaverde, poesía y objetos antiguos.

“Estuve ahí explicando cada foto. Mi hija, que tiene 10 años, también estuvo contando de qué lugar era cada imagen. Me encantaría que ella continúe este camino algún día”, contó Brochado.

El proyecto contó con el apoyo de empresas locales, artistas y de la Intendencia de Salto, que apostó por la memoria como parte del futuro de la comunidad.

Salto Antiguo es una llama que sigue encendida. No dejó que el fuego de la memoria se apague”, resume Brochado, el mismo vecino que un día extrañó tanto su ciudad que decidió abrir una ventana al pasado para todos.

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