«El establecimiento, mantenimiento y fortalecimiento de una prensa independiente, pluralista, y libre son indispensables para el desarrollo y mantenimiento de la democracia en un país, así como para el desarrollo económico». Con ese espíritu fue realizada la declaración de Windhoek, el día 3 de mayo de 1991, por los participantes del Seminario para la promoción de una prensa africana independiente y pluralista que se celebró en Windhoek, Namibia.
El mismo buscaba modificar la situación que atravesaba la periodismo de aquel continente dónde las amenazas, la persecución y la censura eran prácticas habituales.
Unos años más tarde, en 1993, la UNESCO proclamó el 3 de mayo como el Día Mundial de la Libertad de Prensa, en honor a lo sucedido en el continente africano.
De ahí en adelante, todos los años el organismo internacional conmemora esta fecha con el fin de rendir homenaje a todos los periodistas alrededor del mundo que luchan por la libertad de prensa y el libre flujo de información.
Este año, la edición 26° de la celebración es organizada en conjunto por la UNESCO, la Unión Africana y el Gobierno de Etiopía, en Adís Abeba del 1 al 3 de mayo. El principal tópico del congreso será «Medios para la democracia: Periodismo y Elecciones en los Tiempos de la Desinformación«, el cual discute los desafíos actuales que la prensa enfrenta en tiempos electorales.
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También, tendrá lugar la entrega del Premio Mundial de la Libertad de Prensa Unesco -Guillermo Cano, uno de los más significativos en el campo del periodismo. El mismo hace honor al periodista colombiano Guillermo Cano Isaza, que denuncio los crímenes cometidos por Pablo Escobar y el Cartel de Medellín, lo que le costó la vida en 1986, cuando fue asesinado por sicarios. La libertad de prensa comprende la existencia de garantías que les permitan a los ciudadanos el derecho a organizarse para la creación y divulgación de medios de comunicación. Además que estos no sean controlados ni censurados por el poder del Estado y que toda persona pueda publicar sus ideas libremente sin una censura previa. La misma significa un derecho fundamental, al mirar atrás y repasar la historia, en aquellos países donde faltó una prensa libre e independiente, el abuso de poder y la corrupción encuentran el camino allanado. Si no hubiese sido por innumerables periodistas que en su momento cuando eran acallados no temieron denunciar, quizás muchos crímenes que se cometieron durante gobiernos dictatoriales hubiesen pasado desapercibidos. |
| Guillermo Cano Isaza, exdirector de El Espectador, y el escritor Gabriel García Márquez. (Fundación Guillermo Cano ) |
