IDA VITALE RECIBE EL PREMIO CERVANTES EN EMOTIVA CEREMONIA

A los 95 años, viene de recibir una seguidilla extraordinaria de galardones por su obra

Este martes recibe el Premio Cervantes la escritora uruguaya Ida Vitale en la tradicional ceremonia realizada en la Universidad de Alcalá de Henares (Madrid).

Vitale (Montevideo, 1923) es la segunda persona nacida en Uruguay en recibir tal distinción, considerad el Nobel de la literatura en español. El anterior fue Juan Carlos Onetti en 1980.

La escritora viene de recibir codiciados premios e incontables reconocimientos como el Premio Internacional de Poesía Federico García Lorca, el Octavio Paz, el Reina Sofía de Poesía Iberoamericana, el galardón Alfonso Reyes o el distinguido Max Jacob.

El lunes, a manera de antesala, la poeta mantuvo en encuentro con los medios en la Biblioteca Nacional de España (BNE).

“No sé qué se espera de mí. Estoy improvisando la vida en estos días. Todavía no respondo debidamente a todo lo que está detrás de este acto. Es un premio que no me esperaba para nada… Pienso por qué no llegó diez años antes, que yo estaba en mejores condiciones para responder”, señaló sobre lo que siente al ser tan agasajada en esta etapa de su vida.

En la trasmisión en directo de la TV, se ve muy emocionadas a su hija, la arquitecta Amparo Rama, y a dos de sus nietas, Nuria y Emilia.

EL QUIJOTE Y LA “BUENA VOLUNTAD DEL AZAR”

En su discurso de aceptación, Vitale le permite disculpar al “prudente y aún sabio” don Quijote la afirmación de que “no hay poeta que no sea arrogante y piense de sí que es el mayor poeta del mundo”.

“No es mi caso, puedo asegurarlo”, dijo y agregó que el personaje de la Mancha nunca pudo imaginar que “el género femenino” se atreviera a “caer en tan osada pretensión”.

Vitale dijo recibir el premio “en un momento en el que la opacidad del descenso imprime en mi vida una geometría ilógica e imprevistos recaudos”.

Recordó sus “primeros embelesos en el campo de los libros adultos”, entre los que figuraban los libros de Ariosto en italiano.

En ese universo de lectora compulsiva aparece el Quijote cuyas lecturas, “fueron libres y tardías”.

Dijo que el personaje de Cervantes le ofrece un buen humor que le ayuda a afrontar todos los riesgos: “tiene la capacidad de precipitar hacia mí la buena voluntad del azar”.

Por último, dijo que el caballero manchego es un “venerable sostén de la herencia humana

UNA VOZ GENERACIONAL

VItale fue una de las voces más potentes de la llamada Generación del 45, o Generación Crítica de inevitable influencia en el resto del siglo XX.

Su nombre se unió a otros grandes poetas, dramaturgos, ensayistas y hasta políticos como Idea Vilariño, Carlos Martínez Moreno, Ángel Rama, Manuel Arturo Claps, Carlos Maggi, María Inés Silva Vila, Juan Ramón Jiménez, Carlos Real de Azúa, Carlos Martínez Moreno, Domingo Bordoli, Mario Arregui, Mauricio Muller, José Pedro Díaz, Amanda Berenguer, Tola Invernizzi, Mario Benedetti, Líber Falco, Carlos Brandy, María de Montserrat, Juan Cunha, Giselda Zani, Sarandy Cabrera y Armonía Somers, entre otros.

De todos ellos, Benedetti fue el más internacional. Onetti fue cercano a este grupo aunque se le considera anterior, ya que era diez años mayor que la mayoría de ellos. A los 36 años, ya había publicado “El pozo”, “Tierra de nadie” y “Para esta noche”.

La poeta nació en el seno de una familia de origen italiano, culta, cosmopolita y garibaldina, de la que ella fue la cuarta generación de criollos. En su casa la cultura era un hecho consumado.

Estudió Humanidades y pronto destacó. En 1949 sacó su primer poemario “Luz de esta memoria”. Luego vendrían 11 libros y otras 40 publicaciones -prosa, ensayos, estudios críticos- en grupo o en solitario.

Fue docente y tuvo cargos de responsabilidad en publicaciones como Marcha y Época durante los años 60.

Estuvo casada primero con el crítico literario Ángel Rama y luego con el potea y docente Enrique Fierro, dos destacados intelectuales.

En 1974 se exilió en México junto a Fierro a raíz del clima tenso que se vivía por la reciente dictadura. Allá conoció a Octacvio Paz, quien sería fundamental para si inserción en el mundo de la cultura local.

En 1984 volvió a Uruguay y estuvo dos años. Volvió a irse, esta vez a Texas. Allí vivió 31 años, hasta que enviudó en 2016.

Fuente: www.subrayado.com.uy

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